Inspiradas por la naturaleza: Las feroesas que se apartan de la tradición para dar nuevas formas a sus creaciones

Inspiradas por la naturaleza

Las feroesas que se apartan de la tradición para dar nuevas formas a sus creaciones

Situadas entre Islandia y las islas escocesas septentrionales, las Islas Feroe se han visto eclipsadas por sus vecinas más famosas en el pasado. Pocos fuera de Dinamarca, bajo cuya soberanía exterior se encuentra este archipiélago, conocen los tesoros que se pueden encontrar aquí, y especialmente las almas creativas de las Islas Feroe, las feroesas, que se han inspirado en los colores saturados y los rígidos trazos de su paisaje silvestre, la fuerza implacable de su clima y los aislados estilos de vida y tradiciones de sus remotas tierras.

Las almas creativas de las Islas Feroe, las feroesas, que se han inspirado en los colores saturados y los rígidos trazos de su paisaje silvestre, la fuerza implacable de su clima y los aislados estilos de vida y tradiciones de sus remotas tierras.

Las ovejas, que superan en número a los humanos en una proporción de 70,000 a 50,000, están íntimamente ligadas a las tradiciones y la cultura de las Islas Feroe. El nombre del archipiélago en feroés es Føroyar, derivado de una antigua palabra nórdica para oveja (fær) e isla (oyar). El valor de la tierra en las islas se basa tradicionalmente en cuántas ovejas pueden pastar en ese lugar, y la lana es tan valiosa que se le considera el oro feroés.

Por algo tejer se considera un deporte nacional aquí, y cada año se celebra el Festival del Tejido para celebrar todas las maravillas de la lana. Se dice que cada familia tiene sus propios patrones de tejido, utilizados históricamente para identificar a qué casa pertenecía cada marinero cuando regresaba del mar. Las comunidades también utilizan el bordado para embellecer su entorno. Una de las mayores atracciones es una roca cubierta de una manta de lana tejida por una comunidad local en la isla de Sandoy, la “Roca bombardeada por estambre”, inspirada en una leyenda del folclor local de una mujer troll que vivía en una cueva cercana.

La tejedora apasionada por la fusión de estilos 

En la capital, la ciudad de Tórshavn, los modernos tejedores feroeses experimentan con estilos alternativos que se salen de la tradición. Marcas como Guðrun & Guðrun —cuya historia y diseños ya triunfan en la moda internacional— y otras marcas de las Islas Feroe, creen que hay muchas formas creativas de tejer con la lana tradicional feroesa. 

Sissal Kristiansen pertenece a una de las muchas nuevas generaciones de tejedores de las Islas Feroe que crean prendas para el gusto moderno y contemporáneo, manteniendo al mismo tiempo los valores tradicionales. 

“He trabajado con muchos tipos diferentes de lana, y siempre regreso a la lana feroesa”, dice Sissal, quien tiene su propia boutique en Tórshavn, donde vende ropa tejida bajo su marca, Shisa, así como de otras marcas independientes.

Sissal admite que, aunque no es diseñadora —viene del mundo de los negocios y las relaciones públicas—, siempre ha sido buena tejiendo y entró en el oficio motivada por otras personas que han visto su trabajo. “Vengo de una familia muy creativa, todos tejedores y artesanos. Y aunque nunca tuvimos ovejas, estamos muy familiarizados con nuestra lana”, dice. 

Lo que es más importante es que, siendo feroesa de corazón, está muy orgullosa de la lana de la isla. “Todos estos tonos son los colores naturales de las ovejas. Pero si ves estos otros suéteres en rojo y azul, esos no son de lana feroesa”, dice Sissal, señalando al otro extremo de la pared, donde almacena prendas tejidas de otras marcas. 

“Somos bastante afortunados. Nuestras ovejas nativas tienen muchos colores, así que no necesitamos teñir la lana”, explica, levantando de la selección uno de sus artículos más vendidos. Se trata de un suéter marrón claro con un amplio corte y mangas, con los motivos tradicionales tejidos en lana café oscuro a lo largo del pecho. De su colección, muchos de sus diseños se han visto influidos por su amor a la cultura japonesa, perfectamente fusionada con patrones a lo largo del cuerpo, tradicionalmente llamados patrones marineros. Sissal es una orgullosa representante de esta ola de tejedoras, que infunde gustos modernos y contemporáneos a los diseños de tejidos tradicionales, sin dejar de utilizar la lana de color natural de la isla y mostrando el potencial creativo del tejido feroés.

La artista visual que rompe con el arte convencional

Aunque la mayoría de los talentos artísticos se han dedicado a tejer, las artes visuales como el dibujo y la pintura también han formado parte del patrimonio feroés.

En Tórshavn, la Galería Nacional de Arte y otras galerías en pueblos más pequeños exhiben las obras de artistas locales que han plasmado en sus pinturas y esculturas —llenas de melancólica quietud— las emociones que brotan de su entorno. Este estilo ha romantizado la idea del arte feroés, que está casi exclusivamente representado por pinturas que muestran las dramáticas montañas feroesas, el mar y los pueblos pesqueros de clima sombrío y lugareños fatigados.

Sin embargo, Hansina Iversen no quería seguir esta narrativa. “Quería romper con eso. No quería atarme a esta forma de pensar. Un artista feroés puede pintar algo más que paisaje.” Las obras de Hansina destacan por sus pinceladas de formas atrevidas, dibujos y colores que no se ajustan a la imagen del artista feroés según los estándares extranjeros, y en concreto a los patrones daneses cuyo ideal de arte feroés se limita a la idea romántica que se ha formado a través de generaciones de pintores paisajistas.

Tardó un tiempo en encontrar su estilo. Aunque procede de una familia de artistas, al principio Hasina quería ser actriz. “Eso fue antes de descubrir que prefería pintar escenografías, en lugar de actuar, mientras trabajaba en algunos teatros no profesionales de la ciudad”, sonríe Hansina al recordar cómo empezó todo para ella. “Descubrí que los colores y las formas en el proceso de dibujo y pintura me interesaban mucho más, así que decidí ir a Islandia, donde conocí a una directora de teatro islandesa y le dije que me gustaría trabajar como artista profesional en el teatro.”

Tras un año trabajando como aprendiz en producción teatral, Hansina comenzó su formación en artes visuales, primero en Islandia, luego en Finlandia, y finalmente encontró su estilo tras un viaje escolar a Nueva York. “Me abrió los ojos,” dice, “fue la primera vez en mi vida que vi la enorme escala de las pinturas expresivas abstractas de Agnes Martin, Ralph Cohen, Barnett Newman, ya sabes, todos ellos. Fue una revelación”. Ahora una de sus obras, Hablando en lenguas, forma parte de la colección permanente de la Galería Nacional de Tórshavn.

La ceramista que traslada el sentimiento de la naturaleza a su obra

Guðrið Poulsen siempre supo que quería trabajar en el espacio creativo. Después de asistir a una escuela de arte en Finlandia, donde experimentó el arte en diferentes formas, trabajó con un orfebre durante algún tiempo antes de decidir centrarse en la cerámica. “Como fui aprendiz de un maestro platero, pensé que me convertiría en tal. Pero luego me di cuenta de que, si trabajo con plata, siempre será algo pequeño, y yo quería hacer cosas grandes”. El trabajo comercial de vajillas de Guðrið se utiliza y celebra en restaurantes y cafeterías de las Islas Feroe, como en el restaurante de pescado Fiskastykkið.

“La cerámica es un material fantástico y flexible con el cual trabajar. Ofrece muchas posibilidades. Tuve esta visión de evolucionar junto con la arcilla, de crecer con ella”, explica Guðrið mientras toma la obra en proceso de su banco de trabajo y alisa una parte de la arcilla con los dedos. Es una pequeña escultura de un cubo para trepar, un prototipo de una pieza más grande que la ciudad le ha encargado para un parque infantil. Como si abrazara a un niño pequeño y sin dejar de mirar el prototipo, continúa, “Ahora tengo 62 años, llevo 40 trabajando con arcilla y nunca me habría imaginado que me llevaría a piezas tan grandes como esculturas urbanas y obras encargadas como arte público funcional”.

Como otros, Guðrið tiene una profunda conexión con el paisaje y la naturaleza de las Islas Feroe. Admite que su proceso creativo es profundamente interno, y que a menudo lleva sus tazas y cuencos a sus paseos rutinarios para disfrutar de una taza de té al aire libre. “No es que haga una foto y la utilice como muestra”, dice Guðrið, mientras sostiene una de sus tazas como ejemplo. Es una pieza verde olivo chorreada de esmalte en tonos azules, casi como se verían las islas en un día de niebla. “En mis paseos, absorbo la naturaleza, la siento, y cuando vuelvo a mi taller, intento plasmar esta sensación en mi obra”.

Quienes hayan tenido en sus manos una de sus pieza, notarán que la forma y los colores son muy parecidos a los que se encuentran en la naturaleza, ya sea el amarillo mostaza del musgo de los árboles o el azul celeste del mar.

Una versión de este artículo aparece impreso en el Número 2 de Álula Magazine, con el encabezado: “Inspiradas por la naturaleza: las feroesas que se apartan de la tradición para dar nuevas formas a sus creaciones.”