Lienzos móviles
El arte en movimiento de los camiones pakistaníes
Se oye un estruendo lejano en la autopista del Karakórum. Lejano y amortiguado por los escarpados y rocosos acantilados color beige, el profundo sonido se entrelaza con una nota musical mucho más aguda, difícil de localizar pero insistentemente presente y que se balancea en ritmos tortuosos alrededor del rugido del motor y las llantas sobre el concreto.
Desde la ciudad septentrional de Sost, en lo alto de las montañas del Karakórum —donde la carretera termina en China— hasta Lahore y Karachi, en el Punjab, y Quetta, en la frontera afgana, estos mamotretos enjoyados de las autopistas hacen girar cabezas a medida que atraviesan altos puertos y llanuras por igual.
Pasar tiempo en cualquier carretera pakistaní conduce inevitablemente a un encuentro con los icónicos vehículos pintados. Con más de 277,000 camiones circulando por las carreteras del país, este encuentro inicial se producirá más pronto que tarde.
Llamativamente decorados y absolutamente irrepetibles, los camiones pakistaníes no sólo tienen un increíble atractivo visual, sino también una inconfundible presencia auditiva. Sus cadenas oscilantes, campanas y bocinas multicanal son capaces de crear una increíble y distintiva cacofonía sonora, que otros conductores, comerciantes y lugareños de las trilladas rutas de camiones podrán diferenciar como pertenecientes a negocios y conductores concretos, mucho antes de que entren en su campo visual. El “tintineo” de estos camiones forma parte tan intangible de su atractivo cultural como sus aspectos visuales.
Una comprensión sensorial de la riqueza natural y alegre del pueblo y la cultura pakistaníes en su conjunto
La expresión artística del arte camionero pakistaní
Estas obras de arte móviles son, en su mayoría, camiones de carga que transportan mercancías a través de la infraestructura del país, pero hay un sinnúmero de otros vehículos de transporte de pasajeros en las ciudades que son igualmente decorativos, igualmente icónicos, y que han adoptado y adaptado este impresionante estilo para dar a su trabajo una ventaja.
Hablar de estas creaciones artísticas en términos de marketing se siente como manchar el esfuerzo y la expresión de sus creadores. No cabe duda de que para sus propietarios, conductores y pintores hay más valor que un mero elemento de visibilidad. El interés por crear la mejor, más bella y más llamativa visión artística se mantiene firme para los creadores de los camiones, por encima del valor económico de “marketing” de esta forma de visibilidad.
Hay que tener en cuenta que la creación y embellecimiento de estos camiones puede costar hasta 200,000 rupias paquistaníes (casi $1,000 dólares) por vehículo, una suma que se sitúa unas cuatro veces por encima del salario medio anual de los camioneros, de 50,000 PKR.
Estas sumas, aunque varían de un camión a otro y de una empresa a otra, ilustran el nivel de compromiso artístico más que económico de estos esfuerzos.
El alma de estos camiones se halla en la habilidad artística de sus fabricantes, personas que han dedicado más de 20 años a desarrollar su oficio y son maestros artesanos en su campo. Aunque el propietario de la empresa o del vehículo puede preferir un estilo concreto, en última instancia, es el artista quien determina la dirección creativa y lleva consigo al camión y al conductor en ese viaje.
A lo largo de la carretera que lleva a Rawalpindi hay talleres y establecimientos dedicados a reparar y embellecer los camiones. En estos almacenes se pueden encontrar intrincadas capas de madera y brillantes paneles de metal con vibrantes combinaciones de colores, junto a bucles de cadenas tintineantes, campanillas, pompones, borlas y multitudes de pegatinas de la bandera pakistaní.
La oportunidad de actualizar, reparar y continuar la personalización de estos vehículos es necesaria desde el duro reto que supone atravesar las carreteras del país tanto para el conductor como para el camión.
Arte camionero: más que una simple cuestión estética
Cada centímetro del camión puede adornarse con representaciones de animales, héroes políticos o culturales, plasmando el orgullo nacional pakistaní y cualquier tipo de diseño geométrico estilizado o escritura urdu. La construcción de grandes proas o “coronas” aumenta el espacio disponible para más adornos y, por supuesto, luces decorativas, que ayudan a pasar del uso diurno al nocturno.
La empresa comunitaria Phool Patti, una comunidad pakistaní de Truck Art dirigida por Ali Salman Anchan, ha viajado por todo el mundo para promover lo que Anchan denomina esta “forma de arte autóctono”.
Recientemente, participaron en los preparativos de la Copa Mundial de la FIFA 2022. En colaboración con los Museos de Qatar, para su programa “Jedariart”, los artistas de camiones han estado demostrando y elevando este conocido estilo a la escena mundial con sus imponentes murales.
A principios del año, en reconocimiento al papel de Pakistán en la fabricación de balones de fútbol, se regalaron a la delegación de la Gira del Trofeo de la FIFA “balones de fútbol de arte camionero” estilizados y pintados a mano, demostrando que el patrimonio cultural de Pakistán, y de hecho todo el arte, puede trascender fronteras y hablar de la necesidad humana universal de expresión y conexión, así como celebrar el estilo cultural de las distintas regiones del mundo.
Farah Yusuf Ali, autora del artículo “The Bold and the Beautiful: Portraiture in Pakistani Truck Art”, (Lo audaz y lo bello: el retrato en el arte camionero pakistaní) escribe sobre la “glocalización” del arte en los camiones pakistaníes.
“Su intrépida experimentación y la voluntad de incluir diversas tendencias globales de los medios de comunicación han dotado al género de una hibridez que ha elevado su popularidad a nivel local y mundial”.
Ali califica el estilo como “kitsch”, pero se apresura a aclarar que no se trata de una afirmación peyorativa, despectiva o segregadora, sino de un reconocimiento y una celebración de la “alegría”, la exuberancia y el gozo inherentes a esta forma de arte. Ali sostiene que la historia de esta forma de “arte popular” se remonta a los tiempos del imperio mogol y de la época en que decorar el ganado: camellos, caballos, etc., era similar a la decoración de los medios de transporte actuales.
Más recientemente, Samar Minallah Khan, famosa cineasta y antropóloga paquistaní, ha empezado a utilizar esta forma de arte popular con fines humanitarios. Su premiado proyecto “Moving Billboards”, usa el estilo artístico de los camiones y la creación de imágenes para amplificar las voces de niños o niñas desaparecidos —posiblemente obligadas a contraer matrimonio precozmente o a faltar a la escuela—, y ha sido capaz de transmitir mensajes en defensa de la educación, la equidad y el respeto a través de amplias zonas geográficas y de forma accesible tanto para la población urbana como para las comunidades rurales.
Gracias a los retratos de los niños desaparecidos que recorren las carreteras del país en la parte trasera de estos camiones, se han dado casos de familias que se han reencontrado y de niños que han tenido más oportunidades para continuar su escolarización.
Lejos de ser una forma de expresión “barata” y anticuada, el “arte camionero” está prosperando, demostrando que tiene la tenacidad, el ingenio y la inteligencia necesarios para permanecer en la conciencia pakistaní y mundial.
Además, está creciendo con los nuevos medios de comunicación —Anchan lo ha llamado una forma de “red social”— y está ganando devotos en todo el mundo. Los intrincados diseños y el uso variado y personalizado de su amplio estilo indican que evolucionar y fluir a través de los tiempos es exactamente lo que esta forma de arte ha hecho en el pasado para sobrevivir hasta ahora.
Color, humor y comunidad, el arte de los camiones pakistaníes es una tradición en expansión
Para aquellas de nosotras que hemos sido testigos la amplitud de este arte en su forma más inmediata —a altas velocidades sobre las carreteras de montaña del KKH, mientras conductor y compañero van sonriendo y saludando salvajemente mientras tocan el claxon con alegría al ver a una ciclista solitaria errante pasar— hay un amor por estos camiones, nacido de la pura euforia y alegría de vivir el momento.
Los recuerdos de estos faros de luz increíblemente bellos y exuberantes se entremezclan con imágenes de cielos azules, los picos catedralicios del norte de Pakistán y una comprensión sensorial de la riqueza natural y alegre del pueblo y la cultura pakistaníes en su conjunto. El arte camionero es un aspecto solitario de la cultura de este país, pero es indicativo de su amor por el color, su amor por el humor y, sobre todo, su amor por la comunidad.
Una versión de este artículo aparece impreso en el Número 1 de Álula Magazine, con el encabezado “Lienzos móviles. El arte en movimiento de los camiones pakistaníes”