Amantes del diseño y del café
La cultura italiana reflejada en su cultura del café
Una bebida de sabor y aroma intensos, il caffè es una experiencia para apreciar plenamente. En Italia, el café es más que una bebida. Es un ritual, una pasión, un estilo de vida. Más allá del placer de degustar los aromas y sabores de este líquido mágico y energizante, la gente toma café como parte de su rutina diaria, como si formara parte de su esencia, para sentirse despierta, para compartir un momento, para tomarse un respiro o para hacer sentir a un invitado como en casa. La historia del café abarca muchos siglos y lugares. Aunque se empezó a consumir primero en otros lugares, llegó por primera vez al puerto de Venecia en el siglo XVI. Desde allí, se extendió por toda la región en manos de viajeros y comerciantes fascinados por su sabor. Los italianos se convirtieron en los pioneros en perfeccionar el arte de preparar café y, en consecuencia, se convirtieron también en los maestros en el diseño de las mejores cafeteras.
En 1933, el ingeniero Alfonso Bialetti revolucionó la forma en que los italianos preparaban café y cómo lo bebían. Desarrolló un método cómodo y económico para preparar el auténtico espresso italiano en casa, resultando en la famosa máquina de café Moka de Bialetti. Todavía hoy, estas cafeteras son uno de los productos italianos más apreciados, tanto en su lugar de origen como alrededor del mundo. Y aunque esta clásica cafetera se ha convertido en el icono más relevante en la mente de muchos bebedores de café, a lo largo del tiempo se han creado muchos otros estilos y diseños para todos los gustos.
Uno de los diseños más destacados y que anteceden a la Moka es el de las cafeteras napolitanas. La cuccumella, también llamada caffetiera napoletana, es un tipo de cafetera que se utilizaba en Nápoles y fue diseñada hace al menos dos siglos. Su funcionamiento difiere del de otras cafeteras, pues en lugar de utilizar la presión del vapor para hacer pasar el agua por el café, emplea la gravedad. Al inicio un misterio, y luego una grata sorpresa, este método impregna el café de un aroma característico que le da un sabor único, más aromático que fuerte. Es un diseño clásico que aún hoy en día se puede encontrar en algunos negocios italianos, con algunas variantes y líneas más modernas.
Más allá de su funcionalidad, las cafeteras también han sido parte de la identidad cultural italiana, como el caso de Carmencita, una cafetera creada por el arquitecto y diseñador italiano Marco Zanuso en 1979 para Lavazza. Fue hecha por encargo como homenaje al famoso anuncio de café de Armando Testa que se emitía en el clásico Carosello —un famoso programa publicitario de cortometrajes de la época que seguramente una generación entera de italianos recordará—. La cafetera Carmencita, que retoma la forma cónica de los personajes del anuncio, es ahora un símbolo del diseño italiano que ha evolucionado a lo largo de los años hasta convertirse en una auténtica pieza de coleccionista.
Otros elementos culturales han sido también retomados para el diseño de las máquinas de café. Inspirado en las grandes cúpulas de la arquitectura italiana, especialmente la de la Catedral de Florencia, Aldo Rossi —diseñador y arquitecto milanés ganador del Premio Pritzker en Arquitectura— diseñó la Cupola en 1988 para la empresa Alessi. El diseño y la forma de esta cafetera asemejan precisamente una cúpula y el acero inoxidable pulido del que está hecha refleja la luz espléndidamente dándole un aspecto elegante y cautivador. Del mismo creador, la Conica es otro ejemplo de arquitectura clásica convertido en un objeto que se integra armoniosamente en la intimidad de cualquier cocina.
Disruptivamente aparecida a principios de los noventa, la Maggiolina producida por Irmel, fue un éxito inmediato debido a su aspecto alegre y colorido. Su forma juguetona que vierte automáticamente el café en la taza y las múltiples opciones de color disponibles la convirtieron en un objeto muy solicitado. Y aunque actualmente ya no se produce, continúa siendo un ícono por su peculiar diseño.
Sin duda se han creado muchos más diseños de cafeteras, desde reproducciones conceptuales casi idénticas a las clásicas, hasta propuestas que convierten un objeto cotidiano en verdaderas obras de arte, como la Pulcina de Michele de Lucchi o la Ossidiana de Mario Trimarchi. La misma empresa Bialetti continúa innovando, con diseños como la New Venus, una sutil reminiscencia de la Moka clásica, pero con líneas más contemporáneas.
La cultura del café en Italia está íntimamente relacionada con su esencia cotidiana y tiene un profundo sentimiento de orgullo; las muchas opciones y métodos para preparar café brindan una experiencia de lo más placentera y disfrutable, casi como un ritual al que es inevitable volver una y otra vez.
Una versión de este artículo aparece impreso en el Número 1 de Álula Magazine, con el encabezado “Amantes del diseño y del café. La cultura italiana reflejada en su cultura del café“