Situado junto al Sendero de los Apalaches en su ala oriental, el estado de Tennessee, junto con algunas otras regiones vecinas, tiene bases sólidas de los tiempos del moonshine, y cada estado tiene una historia única sobre esta legendaria bebida espirituosa. Moonshine se refiere al arte de destilar licor de alta graduación —de forma ilegal—. El término puede tener su origen en el hecho de que los primeros moonshiners producían sus licores por la noche y bajo la luna, para evitar ser descubiertos por las autoridades.
Muchos viajeros escoceses se asentaron en diversas partes de Estados Unidos de América a mediados del siglo XVII y con ellos trajeron su tradicional método de destilar whisky. Las Montañas Great Smoky —también conocidas como Smokies, que significa montañas humeantes— eran el lugar ideal para que los moonshiners produjeran su alcohol. Debido a la infinita variedad de colinas y zonas verdes, la región era de difícil acceso para las autoridades, por lo que sus destilerías ilegales podían pasar fácilmente desapercibidas.
El siglo XXI en EUA fue testigo de los locos años veinte y de la Prohibición, que dio lugar al moonshining y a las historias que aún hoy narran las abundantes destilerías de estos estados. Los prohibicionistas creían que prohibir la venta de alcohol mantendría a la actividad delictiva bajo control. Sin embargo, esto tuvo el efecto contrario. El país experimentó un aumento en la destilación ilegal, el contrabando y el crimen organizado. Incluso la legendaria carrera automovilística anual NASCAR debe sus orígenes a las carreras de contrabandistas que traficaban con licor ilegal. En sus carreras, los contrabandistas atravesaban las montañas Smokies para distribuir su mercancía, siendo el este de Tennessee el punto de descarga más fácil. La mayoría de aquellas destilerías aún existen.
La historia del moonshining
El término “moonshine” o luz de luna, originario de Europa, se refería a las prácticas laborales que requerían trabajo nocturno a la luz de la luna. Para los primeros montañeses, fabricar y vender alcohol no era un pasatiempo ni una forma de ganar dinero extra; era su modo de sobrevivir. Los agricultores podían superar un mal año convirtiendo el grano en whisky rentable y esos ingresos adicionales eran siempre bien recibidos.
“Los moonshiners siempre tuvieron el incentivo de evadir la ley para no pagar los impuestos que cobraba el gobierno federal”, me dice el historiador Carroll McMahan. “El movimiento por la templanza, que pretendía prohibir el alcohol, cobró fuerza a principios del siglo XX, y los estados empezaron a aprobar leyes que prohibían la venta y el consumo de alcohol. En 1920 entró en vigor la prohibición en todo el país, lo cual fue la mejor noticia posible para los destiladores. De repente no había alcohol legal disponible, ¡y la demanda de moonshine se disparó como un cohete!”
Como muchos ministros predicaban sobre los males asociados al consumo de bebidas alcohólicas, la mayoría de las familias mantenían en secreto su producción de licor. Ahora que la venta de moonshine es legal, esas mismas familias han retomado historias, que antes se mantenían secretas, sobre la relación de sus antepasados con la producción de moonshine.
Recuerdos embotellados en alcohol ilegal
Aunque las mujeres dedicadas a la fabricación de moonshine no eran desconocidas, era menos probable que se sospechara de ellas como contrabandistas. Incluso a mediados del siglo XIX, Tennessee contaba con Mahala Mullins, una heroína popular y leyenda del moonshine que se dedicaba a esta bebida para mantener a su familia.
¿Qué se necesita exactamente para elaborar el licor moonshine? Como la mayoría de los licores, el moonshine también implica en gran medida la fermentación y destilación de granos, con azúcar y levadura. Tras la fermentación, el residuo, llamado wash, se destila. La destilación filtra las impurezas para producir una bebida espirituosa pura.
“El moonshine es una especialidad. Por eso hay una gran variedad de sabores. Se puede hacer con cualquier cosa. Así es como se hacía, con lo que había disponible. No teníamos muchos recursos en esta zona. Era muy pobre”, dice Danielle Parton. Como antigua piloto aviadora, Danielle, que también es sobrina de Dolly Parton, ahora vende su propio moonshine, llamado Shine Girl. “Hago esto y sigo volando. Supongo que he tenido retos por ser mujer en un campo dominado por hombres, pero nunca me he permitido pensar en ello”, dice.
No fue un camino fácil, ya que una de las dificultades a las que se enfrentó involucró intentar que todo en su negocio cumpliera la normativa de la industria. Cuando compró su destilería, le aseguraron que todos los permisos y licencias estaban en regla, pero por desgracia no era así. Tuvo que sortear muchos obstáculos, pero consiguió completar todo el papeleo en menos de dos días.
Aunque su moonshine estrella es el de red velvet o terciopelo rojo, hay elementos de la infancia de Danielle en uno de sus sabores. “Mi madre nos daba de comer piña de lata. Mi cóctel favorito que hacemos aquí es con piña, y los sabores me recuerdan a ella”, afirma con cariño, y añade, “Mi madre me inspiró. Me enseñó a levantarme y trabajar y a mantener el sentido del humor.”
Como nativa de Tennessee, Danielle afirma que el estado es el mejor lugar del mundo. “Es precioso, de entrada. Me encanta la personalidad de los Montes Apalaches que se ha transmitido aquí a lo largo de los años. Tenemos una cultura muy de mentalidad ‘tú a lo tuyo’. La gente puede hacer lo que quiera.” Danielle no creció sabiendo a hacer moonshine, aprendió a hacerlo de forma autodidacta. Buscó en internet su primera receta de wash de azúcar —una de las formas más sencillas de crear un lavado para la fermentación con azúcar y agua— y obtuvo vinagre. No fue hasta el tercer intento cuando empezó a lograr fermentar correctamente y creó con éxito Shine Girl.
“Pensé en darle un toque femenino a mi moonshine. Vienen muchos tipos fornidos y me dicen, ‘¿No tienes Shine Guy?’ No sabía cómo reaccionarían muchos hombres. Resulta que muchos de ellos tienen hijas y les gusta ver un ejemplo para sus niñas. Así que he logrado un resultado muy positivo. También me han dicho muchos hombres, ‘No puedo beber esa cosa rosa y morada.’ Después de mezclarlo en algunos cócteles, vi a uno salir, habiendo comprado una de cada una de mis botellas.” Al no conocer ningún otro negocio de moonshine encabezado por mujeres, Danielle afirma que son ellas el mercado más nuevo para el moonshine y los whiskies. Aún así, casi nada en la industria se comercializa a través de ellas. Como ella misma comprende la tarea desalentadora que implica la vida como emprendedora, su objetivo es ayudar a otras mujeres a abrir sus propios negocios.
Una historia sin contar
El whisky Jack Daniel’s es muy célebre, pero hay una historia más profunda sobre sus orígenes y su conexión con el hombre que le enseñó las técnicas de destilación. Uncle Nearest era conocido como Nathan ‘Nearest’ Green y fue un hombre anteriormente esclavizado que enseñó a Jack Daniel a elaborar whisky de Tennessee.
Nearest Green enseñó a Jack Daniel un paso fundamental en el proceso de la elaboración del whisky de Tennessee llamado filtrado con carbón de maple azucarero. Esta práctica consiste en filtrar el whisky a través de virutas de carbón de madera antes de transferirlo a barricas para su añejamiento, una técnica que muchos historiadores creen que se originó en métodos similares de filtrado con carbón utilizados para purificar el agua en algunas partes de África Occidental. Hoy en día, esta técnica también se conoce como el proceso del condado de Lincoln.
Esta historia fue desenterrada del olvido por Fawn Weaver, una emprendedora que decidió abrir la destilería Nearest Green, apodada el Disneylandia de la Malta en Tennessee, tras conocer la historia que vincula a Uncle Nearest y Jack Daniel’s. También se puso en contacto con Victoria Eady Butler, descendiente directa de Uncle Nearest, para que fuera la maestra mezcladora. “Me sentí muy honrada, pero también muy nerviosa. Como no había hecho nada parecido antes, no estaba segura de cómo saldría el proceso. Afortunadamente, salió bien,” dice Victoria.
“Mi mayor reto ha sido mantener intactas mis emociones mientras compartía el legado de mi tatarabuelo, Nearest Green. Casi cuatro años después, a menudo lloro cuando hablo de él y de nuestra impresionante familia del equipo Uncle Nearest Premium Whiskey. Siempre son lágrimas de alegría y gratitud, por supuesto.” Como la primera maestra mezcladora mujer y afroamericana, Victoria considera que la industria del whisky en EUA no está cerca de llegar a la inclusividad necesaria, pero es optimista y cree que se está produciendo un cambio positivo. En los años posteriores al lanzamiento de la destilería Nearest Green, ha visto más mujeres ocupando puestos tradicionalmente ocupados por hombres.
Haciendo énfasis en la herencia histórica de Uncle Nearest que influye en sus mezclas, Victoria afirma, “Nearest Green era conocido por ser el mejor fabricante de whisky del mundo. Ese sentimiento influye en todo lo que hago. Me esfuerzo cada día por aportar la misma calidad de excelencia a cada gota de whisky que entra en nuestras botellas.”
A lo largo de los años, el moonshine se ha asociado en gran medida con el contrabando, y el whisky se comercializaba principalmente como una “bebida de hombres”. La última década, sin embargo, ha sido testigo de un resurgimiento positivo de la industria, debido a la dedicación de las brillantes mujeres líderes que están llevando sus destilerías a nuevas alturas.
Una versión de este artículo aparece impreso en el Número 1 de Álula Magazine, con el encabezado “Historias del legado del “moonshine” de Tennessee”